Extracto del libro “Morir para ser Libre”
Navegando por una página que me recomendaron, me encontré con estas ideas y me pareció muy apropiado compartirlas con ustedes. Fueron extraídas del libro “Morir para ser Libre”, escrito por Beverly Cobain & Jean Leach. Nunca he tenido el libro en mis manos, pero creo que me voy a dar a la tarea de buscarlo, pues parece exponer puntos fundamentales sobre el evento que ha marcado nuestras vidas y las de nuestros seres queridos. Aquí les dejo….
“Cuando una persona ya no puede tolerar el intenso dolor psicológico que siente, cuando alcanza el punto donde la muerte parece la única salida, el suicidio es solo una cuestión de tiempo.”
El Crecimiento del Dolor Psíquico
Cuando la vida se dificulta, cuando el stress se intensifica y las situaciones cambian, algunas personas se sienten sobrepasadas por la confusión que sienten. Comienzan a retraerse de sus vidas. Se guardan el dolor que los aflige hasta que llega a ser tan profundo que temen que nunca se irá. Aún así negarán tener algún problema si alguien les pregunta.
¿Qué sucede cuándo esa aflicción mental y psicológica se vuelve acuciante e imposible de sobrellevar?
La Aflicción Mental
Todos experimentamos un cierto nivel de angustia mental cada día. Las cosas salen mal, los planes no resultan, la gente pierde sus trabajos, los amigos se enfrentan, las relaciones cambian, los exámenes salen mal; todos estos percances suceden en nuestras vidas. La mayoría de las personas son capaces de hablar sobre el dolor o la ira que sienten, lloran, gritan, confrontan, discuten, hacen lo que sea que acostumbran hacer con tal de sentirse mejor cuando tienen un mal día.
Desafortunadamente, no todo el mundo logra manejarse eficazmente ante los problemas. Muchos tienen creencias negativas de sí mismos que les impiden encarar su vida de un modo positivo. Una mujer a quien los demás perciben como bella, talentosa, y segura de sí misma puede percibirse como poco atractiva, estúpida e incompetente. Lo que esa persona es o en lo que puede convertirse está determinado no por lo que otros ven en ella, ni siquiera por quien ella es realmente, sino por la percepción que ella tiene de si misma.
Las Necesidades Insatisfechas
Todo ser humano tiene ciertas necesidades físicas básicas. Aire, agua, alimentos, vivienda, y una temperatura favorable son condiciones absolutamente necesarias para sostener la vida. También tenemos necesidades psicológicas básicas. Tal vez no estemos conscientes de ello, pero si estas necesidades quedan sin satisfacer, la consecuencia será una agitacion interior: angustia, ansiedad, confusión, desorden.
Que es el dolor psíquico?
La aflicción psíquica se experimenta como dolor en la mente. El término para este tipo de dolor, en inglés, es psychache. “Psych” refiere a la mente, o la psiquis, y “ache” se refiere al dolor, al sufrimiento y la desdicha que esa persona está sintiendo. La palabra, por lo tanto, significa dolor en la psiquis, dolor psíquico.
El Viaje Fatal
Todos nosotros, cada tanto, tenemos que vernoslas con algo que nos perturba, y todo el mundo tiene episodios de dolor psíquico a lo largo de la vida. Por lo general, las personas los van manejando a medida que ocurren. ¿Por qué algunos individuos son capaces de vivir con él durante largos períodos sin considerar el suicidio? ¿Por qué algunas personas se suicidan y otras no?
Las circusntancias que llevan al suicidio varían de una persona a otra, pero se puede establecer cierta similitud en sus patrones de pensamiento. Los que se matan no quieren morir. Sin embargo están dispuestos a morir cuando no ven otra solución para su dolor.
El viaje al suicidio comienza con una persistente agitación interior: los problemas no resueltos y las necesidades emocionales sin satisfacer intensifican el dolor psíquico. La persona se obsesiona con lo que está mal en su vida. Sus problemas se reproducen una y otra vez en su mente, y los intentos que hace para sobrellevarlos agotan su energía y distorsionan su percepción. Su pensamiento se concentra hasta el punto de no poder percibir una salida. Empieza a caer en la desesperación.
Un diálogo secreto comienza en su mente. Una parte suya desea vivir mientras que otra parte quiere morir, y al mismo tiempo que hace planes para el futuro, está considerando el suicidio. Esta ambivalencia es característica de la mente suicida. Por un lado la persona esta abierta a recibir ayuda de los demás, mientras continúa buscando razones para permanecer viva, pero probablemente no buscará ayuda verbalmente. Puede dar pistas, algunas vagas otras directas, pero la mayor parte de las veces estas pistas sólo se comprenderán cuando ya es tarde.
Su dificultad para comunicar sus sentimientos intensifica su estado de confusión y desesperanza, y entonces empieza a planificar su muerte.
El Túnel
Cuando el suicidio empieza a considerarse como la única manera de terminar con el dolor comienza a desarrollarse una especie de “visión de tunel”. Aunque su familia y sus amigos lo amen, ese amor ya no es suficiente para sostenerlo. El amor que siente por su familia y sus amigos no se modifica ni se olvida pero él ya no puede concentrarse en otra cosa más que en su dolor.
Ingresa al túnel cuando el dolor psíquico aumenta a un nivel insoportable, cuando se percibe a la muerte como la única solución para su dolor. Una vez que entra al túnel, aquellos que lo aman quedan fuera de su vista. Se ha separado emocionalmente de todos: su sentido de aislamiento aumenta. Si antes de entrar al túnel sucede algo que pueda aliviar su dolor psíquico, abandonará la idea de suicidio, al menos momentáneamente. La persona puede avanzar hacia el túnel durante horas, meses o hasta años.
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Una vez en el túnel, desde el monento en que la persona está decidida a no seguir soportando el dolor, la ambivalencia disminuye. A medida que se adentra en el túnel, irónicamente, sus síntomas externos pueden mejorar. Mientras tanto, sus pensamientos negativos acerca de sí mismo se intensifican. En su mente, él no es ni amable, ni digno de rescate. Cree que la muerte es la única salida: cree que su mundo está fuera de control, y que nada ni nadie puede ayudarlo.
Considera que ha intentado todo para librarse de su dolor intolerable, y que no queda otra opción sino la muerte. Esta valoración no tiene nada que ver con la realidad, pero él no puede reconocer esto. Ya no puede acceder a recursos interiores tales como el amor por los demás, la autoestima, el pensamiento positivo, la esperanza y la fe. Terminará con su dolor, matándolo.
Maestros del Engaño
Ahora los lastimados pensamientos de la mente suicida se han separado de las emociones. El pensamiento se vuelve calmo, metódico, enfocado en la muerte. En esta etapa, la persona sabe con precisión cómo, cuándo y dónde se matará. Ahora controla su vida y su destino por primera vez. No tiene miedo a morir, tiene más miedo a vivir. Sabe que puede ponerle fin a su dolor en cualquier momento. Este es su secreto. No le dirá a nadie sobre su plan. Se ha convertido en un maestro del engaño y está de pie en el borde de su vida. Se siente tan aliviado por que su lucha acabará pronto que de repente puede parecer feliz, hasta eufórico.
En el momento del suicidio su mente está tranquila. No más agonía emocional. La guerra ha terminado. No hay temor, sólo una profunda paz interior. Ahora, sea cual sea el medio que haya elegido, dará por teminado su sufrimiento.
El sufrimiento de sus seres queridos comienza.